Visita a la Estación Depuradora de Aguas Residuales
Literalmente enlatados en el bus urbano, nos reponemos del frío de la espera bromeando sobre esta excursión que nos liberará de tareas durante dos larguísimas horas y nos alejará dos eternos kilómetros del Instituto (una maravillosa aventura en los confines de la galaxia).
Ya en la Depuradora nos aposentan en un confortable salón de actos al que no le falta detalle, ni en su aspecto (cuidada estética muy del gusto actual sobre todo en la entrada), ni en los medios audiovisuales que posee.
Allí nos muestran un video que relata la historia de las aguas del Pisuerga (el narrador es el propio río con tono y modos grandilocuentes), hasta su llegada a Valladolid, momento en que la ciudad, femenina y recatada le responde dispuesta a devolver las aguas que utiliza sin mácula ni despojo.
Es el preámbulo para que en términos técnicos, nos muestre el propio documento que ello es posible merced a la EDAR en la que nos encontramos: unas instalaciones hipermodernas, de última generación, capaces de tratar un caudal máximo de 3 m3 de agua por segundo, correspondiente a una población de 570.000 habitantes, ampliable hasta 715.000.
Está organizada en tres líneas de actuación -agua, fango y gas- que cuentan con varios edificios y grandes estanques que reciben distintos nombres según la función que desempeñen: tamizar, desarenar, decantar, ... Se trata de reproducir los procesos que de manera natural realiza un río cuando autodepura sus aguas. Así, en tiempos menores y en un espacio más pequeño, se elimina la mayor cantidad de materia orgánica posible y de materiales en suspensión que consumen el oxígeno disuelto e impiden la respiración y la fotosíntesis de los seres vivos que viven en el río.
1 | Pozo de llegada | 5 | Decantadores primarios |
2 | Tanque de tormentas | 6 | Reactores biológicos |
3 | Edificio de pretratamiento | 7 | Decantadores secundarios |
4 | Desarenador-desengrasador | 8 | Salida |
Nos guían a través de pasarelas metálicas inverosímiles y nos cuentan lo que va ocurriendo en cada lugar que visitamos. Llaman poderosamente la atención unos tanques biológicos repletos de burbujas que emergen de una nata espesa, marrón, son colonias de bacterias que literalmente se comen las sustancias orgánicas contaminantes en tres fases consecutivas: anaerobia, anóxica y óxica.
Los fangos extraídos, se centrifugan, son digeridos por otras bacterias para producir biogás y vueltos a centrifugar, luego se meten en un horno con el fin de convertirlos en gránulos utilizables como abono.
La línea de gas empieza cuando éste es generado en los digestores. Después es almacenados en unos gasómetros de membrana, dos inmensas y calvas bolas blancas que dan un toque futurista. Este gas es utilizado, junto con el de la red que abastece a Valladolid (que cuesta dinero) para generar energía eléctrica en tres grandes motores que abastecen a la propia planta (más del 90 % de la energía que consume), con el tiempo se instalará un cuarto que servirá para exportar electricidad a la red ... Ya veremos.
Manuel Martín.